Desde muy pequeñas nos han llenado de pájaros la cabeza contándonos historias maravillosas de príncipes, princesas y finales felices. Sueños escritos por algún mayor que no los pudo cumplir.
A todas las niñas les encanta jugar a ser princesas, pero, ahora que dejamos de ser tan niñas, nos damos cuenta de que esto ha cambiado, ya no es como aquel juego. Eran sólo fantasías inocentes para hacernos soñar. No hay ni príncipes ni princesas, sólo estamos TÚ y YO, y no creo ni que formemos un NOSOTROS. Pero me niego a pensar que todos estos cuentos se reduzcan a eso, fantasías mas o menos inocentes. Algo tienen que tener de verdad. Algo que podamos conservar de esos cuentos de hadas, por lo menos el “fueron felices para siempre"
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